TARMA
"LA PERLA DE LOS ANDES"
HISTORIA
Durante el Tercer Horizonte (Carácter Pan-Peruano; Siglos XII al XVI D. de C.) lapso paralelo al Imperio de los Incas, Tarma fue asiento de un grupo tribal, la de los Tarumas o Taramas, comunidad tribal que ha dejado vestigios en los vecinos cerros de Capia, Tarmatambo, Sacsamarca, Huangremarca, Payhuacaca, Tupín, Muruhuay, Vilcabamba,Willcashmarca y otros; que durante el Incario pasaron a convertirse en puestos de vigilancia unos y otros en fortalezas y evitar así posibles incursiones de los naturales de la Ceja de Selva. De su fundación como ciudad española poco se sabe, la razón: no se tiene su Acta de Fundación; algunos afirman que sucedió el año de 1538 pero algunos tomando como referencia la fecha de fundación del pueblo vecino de Jauja, la Primera Capital Española del Perú, afirman que su fundación acaeció en 1533.
De todas maneras la Gran mayoría se inclina en que la fundación de Tarma tuvo lugar el 26 de Julio de 1538, bajo la sagrada protección de Santa Ana, de allí que se afirma que el primer nombre español que tuvo esta ciudad fue la de Santa Ana de la Ribera. Es muy posible que los fundadores de la ciudad fueron frailes dominicos que llegaron a estas zonas con la misión de evangelizar a los naturales por encargo de Francisco Pizarro. Pero por otra parte, existen versiones que afirman que Tarma pudo ser fundada por el propio:
Francisco Pizarro, quizá por el capitán Pedro de Alvarado y asimismo por el Capitán Alonso de Mercadillo.
En el Virreinato, en 1543 Tarma tenía prerrogativas de pueblo, aumentando su importancia, al punto que en la época, se empleaba la siguiente expresión "La Gran Provincia de Huaylas y Tarma", y Raymondi dice que Tarma era uno de los Corregimientos mas grandes des del Arzobispado de Lima, empezando su jurisdicción a cuarenta Leguas de la capital y extendiéndose hacía el Oriente, hasta Marancochas.
Tarma adquirió toda su importancia colonial cuando fue cabeza de Intendencia en 1784, en la época del Virrey don Teodoro de Croix. En esta época se erigen fuertes, se crean milicias, se organizan misiones catequizadoras y Tarma, como entrada hacia la Selva y ciudad de buen clima, se convierte en base de operaciones.
El último corregidor de Tarma fue Don Francisco Cueller y el primer Intendente en 1784 fue Don Juan María de Gálvez, quien pidió para Tarma la formación de un Cabildo conforme a las Leyes del Reino. El primer regidor al fundarse el Cabildo fue don Lorenzo Antonio de Cárdenas como regidor perpetuo y Alcalde de Primer Voto.
Durante la Emancipación, Tarma jugó papel importante, de aquí se mantuvo correspondencia epistolar con la Provincia Argentina de Cuyo, lugar donde el general San Martín se encontraba formando su Ejército de los Andes; todo por obra del Coronel de Milicias José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete, quién se hallaba recluido en la cárcel de esta ciudad por las autoridades españolas por rebeldía y agitación. Mas tarde aprovechando la expedición de Arenales a la Sierra Central, va a ser uno de los pueblos que jura su independencia, cuando el 28 de Noviembre en Cabildo Abierto en la Plaza Mayor lanzaron su grito de independencia, firmándose el Acta por los vecinos notables y nombrándose como Gobernador Intendente Político y Militar a don Francisco de Paula Otero, quedando bajo su orden las milicias de Tarma, Jauja y Huancayo.
El orgullo de Tarma, con respecto a su independencia, anterior al momento cumbre de la Jura de la Independencia del Perú, es que mantuvo su libertad hasta el final, que no sucedió con otros pueblos que volvieron a caer en manos realistas como sucedió con los pueblos del Valle del Mantaro y de otros del Sur; y porque sirvió de base de operaciones para los guerrilleros del Centro y por cuya razón fue elevada a la categoría de Ciudad Predilecta.
Durante las épocas o momentos posteriores de vida republicana, Tarma siempre estuvo presente en jornadas heroicas como el apoyo general del pueblo tarmeño al Movimiento revolucionario de 1854, que enarbolará Castilla contra Echenique; más tarde en la Guerra con Chile, resaltaron las figuras de José Gálvez Moreno, Cecilio Limaymanta y la del "Batallón Tarma N° 7" de los cuales 700 tarmeños de los 750 que conformaban el batallón se inmolaron en las faldas de la Colina de Santa Teresa, defendiendo la ciudad de Lima, en la Batalla de San Juan.
La historia de Tarma es larga de apreciar, desde sus inicios hasta la fecha ha tenido sus momentos de glorias, pero muchas veces se ha sido injusta con ella
HISTORIA DEL HIMNO A TARMA
El Consejo Provincial de Tarma en el año de 1969, convocó a concurso para componer el Himno a Tarma, en cuyas bases figuraban entre otras cosas, que tendrán como punto de inspiración la historia y tradición de la provincial.
Los jurados calificadores fueron: el poeta Eleodoro Vargas Vicuña, el Historiador Alejandro Palomino Vega y el músico
CORO
Celebremos alegres y unidos,
hoy de Tarma su fecha triunfal
y elevemos un himno al eterno
por la paz y la prosperidad.
ESTROFAS
De entusiasmo los pechos se agitan
y revive el recuerdo de ayer
de los nobles y bravos patriotas,
que la historia su nombre grabó.
Que se pongan de pie los que sienten
el orgullo de nuestra ciudad,
que los hombres nacidos en Tarma
fueron hombres de valor sin par.
ORIGEN DE TARMA
Para Encontrar el origen de tarma, se ha recompilado datos de muchos historiadores tarmeños como son: Don Alejandro Palomino Vega, Carlos León Baldoceda, Santiago Orihuela Luque, Francisco Palomino H. y otros que siguieron el camino emprendido por Gálvez y Philips.
A principios del Siglo XVII, el Dr. Federico Philips, uno de los primeros interesados en el origen de Tarma, en un boletín que público la sociedad Geográfica en el Tomo XVII, de la inconclusa monografía de Tarma Dice: "que debió haber sido el nombre primitivo Tarama o Jarama y que de allí se deriva taramatampu y que en el tiempo de Pachacutec debió haberse realizado el cambio".
Para Encontrar el origen de tarma, se ha recompilado datos de muchos historiadores tarmeños como son: Don Alejandro Palomino Vega, Carlos León Baldoceda, Santiago Orihuela Luque, Francisco Palomino H. y otros que siguieron el camino emprendido por Gálvez y Philips.
A principios del Siglo XVII, el Dr. Federico Philips, uno de los primeros interesados en el origen de Tarma, en un boletín que público la sociedad Geográfica en el Tomo XVII, de la inconclusa monografía de Tarma Dice: "que debió haber sido el nombre primitivo Tarama o Jarama y que de allí se deriva taramatampu y que en el tiempo de Pachacutec debió haberse realizado el cambio".
Don Rómulo Cúneo Vidal, expone esta teoría " el Nombre de Tarma puede derivarse de Huarma (baño) pronunciando la "H" como "G" y después se dio lugar a la expresión Taramayo, Taramay y por ultimo Tarma.
Felipe Paz Soldán define en su diccionario a Tarma como: (Terco, duro, mal mandado).
Don Alejandro Palomino, deduce por sus investigaciones que el nombre primitivo era "Tarama", contracción de "Taramayu" que por su apócope perdió la silaba "yu" y que hasta los principios del presente siglo (1905) se denominaba "Taramayu" al barrio que queda al norte de la ciudad.
"Taramayu" es una palabra compuesta de la voz quechua "Tara" (árbol que abunda en la ciudad de Tarma) y Mayu: río. Y la transformación se llevo a cabo durante la etapa conquistadora.
Don Francisco Palomino H. cree que el hombre de Tarma deriva de Tara (un Arbusto propio de la región que abunda en esta zona). También dice que existe una meseta en las alturas del barrio de huinco, conocida con el nombre de Jaramá o Taramá (derivado del vocablo Tara mama) o Mamá de la Tara. llegando a la conclusión que de allí se derivo el nombre de Tarma.
Don Carlos León Baldoceda; opina que Taruma no es otra cosa que la transformación de la frase: Sara Uma (cabeza del Maíz) lo que equivaldría a: principal productor del Maíz. teniendo en cuenta la escritura del sustantivo "Sara" según los cronistas fue con "s" cuya pronunciación fue "ts" y después del sigloVI paso a construir la "z". también anotamos que la zeta griega se transformo en "th" latina y esta ultima ha llegado al castellano como "t".
Otra teoría opina: que Tarma puede derivar de Taruma (una tribu guerrera que vivía en esta zona y que Tarma, es solo una derivación de estos. Y que fue reducida por el Inca Pachacutec.
ORIGEN SEGUN LEYENDA
Cuentan que allá en los lejanos tiempos del incario cuando el valle que ocupa la actual ciudad de Tarma, era una laguna de aguas azuladas y en cuyas alturas existían las populosas comarcas de "Tarmatambo" y "Punchaumarca", haber ocurrido este prodigioso acontecimiento.
Cuando el gran Inca Huayna Cápac llegó a Tarmatambo, que por entonces era metrópolis de la tribu los Tarumas, al frente de un poderoso ejercito para la conquista del maravilloso reino de los Shiris de Quito, hubo que dejar muy a pesar en dicha localidad, al príncipe Yupanqui afectado de una extraña enfermedad, al cuidado de un hábil y experto curandero.
Cuentan que allá en los lejanos tiempos del incario cuando el valle que ocupa la actual ciudad de Tarma, era una laguna de aguas azuladas y en cuyas alturas existían las populosas comarcas de "Tarmatambo" y "Punchaumarca", haber ocurrido este prodigioso acontecimiento.
Cuando el gran Inca Huayna Cápac llegó a Tarmatambo, que por entonces era metrópolis de la tribu los Tarumas, al frente de un poderoso ejercito para la conquista del maravilloso reino de los Shiris de Quito, hubo que dejar muy a pesar en dicha localidad, al príncipe Yupanqui afectado de una extraña enfermedad, al cuidado de un hábil y experto curandero.
Yupanqui que era uno de sus favoritos capitanes, porque además también le unían vínculos de sangre con el monarca; apenas pudo restablecerse de sus dolencias, decidió marchar prestamente tras el ejercito imperial y cuando con su séquito ascendía por las alturas de "Carhuacatac" fue sorprendido por una violenta tempestad que obligo a refugiarse en una humilde choza de unos pastores, la mojada motivo la recaída del mal que lo afectara y hubo de guardar obligado reposo para su mejoría.
Cushi Urpi, una bella pastorcilla, se esmeraba en prodigar atenciones al príncipe con marcada humildad. en efecto largas noches había permanecido en su cabeza poniéndole en su frente y sus sienes caldeadas por una persistente fiebre, extrañas hojas frescas de yerbas medicinales. y con que alegría y admiración contemplaba la arrogante y hermosa faz del guerrero. y el también contemplaba extasiado sus cuidados con cariño maternal y todas las mañanas cuando asomaba la aurora solían despertarla y se sentía atraído en forma irresistible por una singular expresión de aquel rostro agraciado y por el dulce acento de su voz, cuando le ofrecía humildemente sus alimentos.
Y así en silencio fue naciendo en aquellas almas jóvenes un tierno amor, el príncipe ya no tuvo prisa en viajar y más bien trato de prolongar su estadía, por una extraña felicidad inundaba todo su ser, al sentirse al lado de la bella pastorcilla.
Pero un día llegaron unos chasquis con la orden del Inca, para ponerse inmediatamente en marcha. Yupanqui notó que una inmensa tristeza se apoderaba de su ser, su espíritu fuerte y altivo, se diluyo como la sal en el agua. por primera vez en su existencia una honda amargura, al pensar que tenia que perder para siempre al ser amado.
Después de varios días de meditación, decidió tomar a Cushi Urpi por esposa y esta resolución comunico prestamente a los hombres de su séquito y los padres de la Pastorcilla, y estos le mostraron su negativa y al mismo tiempo su asombro, porque, ¿Como era posible que un príncipe, de sangre Real fuera a unirse en matrimonio con una humilde sierva?
Yupanqui comprendió lo difícil de su situación y decidió a no perder a su amada, fue en busca y la hallo pastando una manada de hermosos "pacos" por la ladera.
Cushi Urpi requerida por el príncipe, le respondió que debía obedecer a sus padres.
En este tremendo trance noto el guerrero que le nublaba los ojos y al disiparse vio extasiado en el fondo del valle, una laguna azulada y en cuyas aguas se dibujaba un paisaje magnifico. Cushi Urpi que también contemplaba aquel bello espectáculo medito un instante y pronto acudió a su mente una feliz inspiración y sumisamente se acerco ante el atribulado guerrero y le interrogo de esta manera: Tu que eres príncipe y gran señor, tu que eres hijo del Sol ¿serias capaz de convertir en fértil valle las aguas de aquellas extensa laguna?
Yupanqui cavilo breves momentos y prestamente blandiendo en sus manos una honda de finos colores, le repuso: Y si tu deseo fuera cumplido, ¿consentirías ser mi esposa?.
La pastorcilla completamente turbada, le contesto afirmativamente entonces el guerrero impulsado, por un misterioso designio postro sus rodillas en tierra y oró a su padre El Sol, con marcada devoción y enceguecido por los intensos rayos de su luz, inclino su frente hasta rozar con la tierra.
En aquel instante se escucho un agudo silbido en el espacio y a corta distancia rodó por el suelo un trocito de oro, levantando en su caída una nubecilla de polvo.
El joven guerrero prestamente se apodero del áureo metal colocándolo; luego en su honda, la distancia con la aguda mirada, de hábil guerrero y moviendo rápidamente a círculos el arma, lo lanzó con suma destreza al fondo del lago.
A poco, apercibiéndose el estrépito de su caída, crujió la montaña, tembló la tierra, las aguas del lago se agitaron y aquellos felices amantes pudieron contemplar con asombro, que el elevado cerro que aprisionaba las aguas, se partió en dos para dar paso al liquido elemento.
La noticia de aquel prodigio cundió en la comarca de los Tarumas como el fulgor del relámpago.
La unión de la joven pareja cumpliendo el pacto acordado se realizo con gran contento y algarabías de los fieles súbditos, las fiestas se prolongaron por muchos días, con diversas manifestaciones traducidas en cantos, danzas guerreras y bailes con vistosos atavíos, al termino de los cuales, la feliz pareja hubo al fin de emprender viaje al nuevo reino conquistado, cumpliendo órdenes del Augusto monarca.
Desde aquel entonces, los felices Tarumas, convirtieron los terrenos que ocupaban las aguas de las extensas lagunas en un inmenso campo de cultivo, especialmente de maíz, traídos por los guerreros del glorioso ejercito Imperial ("cuentos y Leyendas Tarmeños") Adolfo Macassi.